Que caos que complejidad.
Bachaqueo, piñata para adultos, apocalipsis just rihgt now
Ni un solo huevo quedo entero, mutagenos, nubes teratógenas
Poliestireno neveras rotas. Resbalaban en aceite y mantequilla
Con más formas que proteo y más colores que un camaleón transitan los Marchistas vistiendo franelas rojas los unos, amarillas y blancas los demás. Debajo portan sus pantalones y calzados de últimas modas en cuerpos publicitados, con mentes colonizadas, con banderas y estandartes. Pasean vociferando palabrotas en contra y consignas a favor de los politiqueros y golilleros, cocodrilos escondidos en boca e cano. Si ellos roban, nosotros también, eso es democracia declaman “los marchistas” eufóricos en medio de su “carnaval electoral”, el único que se les permite, el otro carnaval, el del calendario cristiano fue usurpado por los políticos desde hace muchísimos años, causando vergüenza a quien se atreva salir disfrazado en el mes de febrero. Solo los niños tienen licencia para portar un traje de Zorro de Spiderman o de la sirenita. Los adultos, los más ciscones, avergonzados de ser Venezolanos y de no ser como los de afuera, solo marchan en romerías y desfiles militares de grandiosos presupuestos. Unos Piden porque vuelva John Frum del norte, cargado de dólares, pinos con nieve, Santa Claus y mercancías. Los otros orando por el regreso de Hugo del
Mentes encajonadas, sálvese quien pueda y dice el marchista:
Yo vengo de Venezuela, donde la cosa esta guena
Los ricos se creen pobres y los pobres presidentes
El país las elecciones, los zorros y camaleones
Que eran blancos y eran verdes y ahora rojos y amarillos
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